En el corazón de la Provenza, adosados a los macizos de Luberon y los montes de Vaucluse, se encuentran algunos de los pueblos que han pasado a formar parte del distintivo “Pueblos más Bonitos de Francia”. Tanto por el entorno natural en el que nos encontramos, rodeados de bosques mediterráneos en los que predominan los robles, olivares y viñas; como por el magnífico estado de conservación de sus centros históricos y de su arquitectura típica, los 16 municipios del Parque Natural Regional del Luberon son en sí un destino único.
Pero si tenemos que destacar solo dos de los 16 pueblos, nos quedamos –sin duda- con Gordes y Lourmarin. Ambos municipios representan la esencia de esta región francesa y no dejarán a nadie indiferente, argumentos que les han valido para recibir el distintivo “Pueblos más Bonitos de Francia”.
En primer lugar, Gordes es un pueblecito encaramado a los montes de Vaucluse. Su silueta es muy característica y puede identificarse desde la lejanía: un castillo y una gran iglesia que parecen velar sobre el conjunto de edificaciones dispuestas en terrazas alrededor del pueblo. A pocos kilómetros de Gordes se encuentra la Abadía de Sénaque, una abadía cisterciense del siglo XII escondida entre los campos de lavanda del valle de Sénancole, que aportan ese toque bucólico que todo turista espera encontrar cuando visita la Provenza.
Lourmarin, por su parte, se encuentra en la vertiente sur del pequeño Luberon. El pueblo, que se ubica sobre un montículo a los pies del macizo del Luberon, inspira quietud y reposo.
Al pasear por el trazado urbano de Lourmarin, los visitantes apreciarán 3 entornos bien diferenciados. En primer lugar, la parte más antigua, formada por un entramado de callejones, que nos llevarán hasta la iglesia y la parte alta del pueblo. En segundo lugar, el corazón actual del pueblo, que gira alrededor del barrio antiguo y que se compone de una serie de calles adoquinadas decoradas con fuentes y arboles, llenas de terrazas, bares y restaurantes. Y finalmente, el majestuoso castillo que domina desde las alturas de este precioso pueblo, y en cuya arquitectura se mezclan estilos renacentistas y medievales.